Mariela Velásquez: Una historia de amor propio, fortaleza y renacimiento
¿Qué pasa cuando la vida te obliga a parar? Cuando el cuerpo grita lo que el alma ha estado callando. Mariela Velásquez, venezolana, mamá de dos hijos, migrante y guerrera, nos abre el corazón para contarnos su historia con el cáncer de mama. Una historia que no solo inspira, sino que sacude, transforma y deja huella.

“Yo era de las que siempre decía después del verano me reviso. Y ese después… casi me cuesta la vida.”
A los 36 años, un diagnóstico de precáncer de útero. Tres años más tarde, un bulto detectado por autoexploración confirmó lo impensable: cáncer de mama. Aun así, Mariela decidió tomarse ese verano con sus hijos, sabiendo, en el fondo, que la tormenta estaba por llegar.
“Aprendí que no soy indispensable… pero sí soy fundamental para mí misma.”
Mariela es como tú, como yo. Una mujer que pone a los demás primero, que posterga sus chequeos porque la vida no para. Pero el cáncer no espera. Y ella lo supo cuando, tras cuatro meses de retraso, llegó el diagnóstico.
Y entonces comenzó todo: seis quimioterapias, tres cirugías, pérdida del cabello, reconstrucción de sus mamas, un año de tratamiento por infusión y hoy, sigue un control médico riguroso por siete años más. Todo, con una fuerza que solo una mamá con propósito puede tener.
El espejo, el cabello, las cicatrices: el cuerpo cambia… y el alma también.
“Mis hijos cortaron mi cabello. Lo hicimos un ritual. Porque era mejor hacerlo con amor, que verlo caer con miedo.”
Ver su reflejo sin cabello, sin sus senos, sin su “yo” de antes, fue un duelo. Pero también el inicio de un renacimiento. Se miró al espejo y vio a una nueva Mariela: más fuerte, más consciente, más viva.
Su mensaje es claro: ¡Hazte el autoexamen! No lo postergues.
“Si tú no te pones de primera, nadie lo hará.”
El cáncer no avisa. Y no siempre duele. Por eso, tocarte puede salvarte la vida. Y si sientes algo diferente, no esperes. Ve al médico. Muévete. Llama. Pregunta. Haz que el tiempo juegue a tu favor.
A ti que estás leyendo esto:
Si tienes mamá, hermanas, primas, amigas… comparte esta historia. No sabes a quién puedes salvar con un simple recordatorio.
Porque una de cada ocho mujeres en el mundo desarrollará cáncer de mama invasivo. Porque el amor propio también se demuestra con una cita médica. Porque tú, sí importas.