Por Eugenia Rico Barrios
Psicóloga especialista en Psicología Clínica
Para construir una relación sólida y afectuosa entre padres e hijos, es esencial que esté basada en el amor y el respeto mutuo. Cada familia tiene su propio estilo de crianza, adaptado a sus necesidades particulares, pero es crucial recordar que los hijos no son una extensión de los padres; necesitan su propio espacio, independencia y autonomía. Como padres, nuestra misión es guiarlos con límites y reglas claras que les brinden seguridad y promuevan su sano desarrollo.
Aquí hay algunos consejos para fomentar una crianza positiva y una buena comunicación familiar:
- Conéctense con su rol de padres. Conozcan cómo se sienten sus hijos, qué los hace sentir cómodos y felices. Involúcrense en su día a día y sean una figura de apoyo constante. Trabajen juntos para establecer acuerdos, pautas, reglas y límites que sean claros y coherentes. Es importante mantener un equilibrio en todas las áreas de la vida familiar.
- Estimulen el desarrollo integral de sus hijos. Apoyen su crecimiento físico, social, emocional y cognitivo en cada etapa de su vida. Fortalezcan los vínculos afectivos con actividades simples pero significativas, como leerles un cuento, cocinar juntos o cantar canciones.
- Elogien sus logros y esfuerzos. Celebren los pequeños y grandes logros de sus hijos. Aunque no siempre hagan las cosas a la perfección, valoren su iniciativa y disposición. Los elogios, ya sea con palabras como “sigue así” o con gestos como un abrazo o una sonrisa, contribuyen a su confianza y sentido de pertenencia.
- Reconozcan el esfuerzo, no solo el resultado. Enfóquense en los pasos que dan hacia sus metas, no solo en el resultado final. Por ejemplo, si el objetivo es llegar a tiempo al colegio, celebren cada paso: levantarse, bañarse, lavarse los dientes y vestirse. Cada pequeño paso es fundamental para alcanzar el objetivo.
- Fomenten la expresividad. Díganles diariamente cuánto los quieren y lo valiosos que son, reconociendo sus opiniones e intereses. Motívenlos a expresarse libremente, sin miedo al juicio.
- Dedíquenles tiempo de calidad. Reserve cada día un momento especial para su hijo, donde puedan jugar o conversar sin distracciones. Este tiempo dedicado, como charlar después de cenar sobre su día en la escuela, fortalece su relación y les permite conectar más profundamente.
- Escúchenlos con atención. Presten oído a lo que sus hijos tienen que decir. Esto no solo les ayuda a entender sus sentimientos y pensamientos, sino que también les brinda seguridad para expresarse, incluso en momentos de rabia o molestia.
- Mantengan un diálogo abierto entre padres. Establezcan rutinas y horarios predecibles para el hogar. Esto ayuda a crear un ambiente ordenado y reduce el estrés, minimizando conflictos y berrinches. Las normas del hogar deben ser claras y explicadas, y los límites deben brindar seguridad. Eviten castigos innecesarios y amenazas, y en su lugar, expliquen las consecuencias de manera constructiva.
- Enseñen sobre las consecuencias. Ayuden a sus hijos a entender que cada acción tiene una consecuencia. Esto es parte del aprendizaje y crecimiento. Si tienen dudas o se sienten abrumados, no duden en buscar asesoría profesional. La crianza es un viaje lleno de desafíos y aprendizajes, y es normal necesitar apoyo en el camino.
La comunicación abierta y el amor son la base para una crianza exitosa y una relación familiar sólida. Con estos principios en mente, podrán criar a sus hijos en un entorno lleno de apoyo y comprensión.
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